Sensaciones de ¡puta vida! y ¡sigue coño!

No pierdas nunca la esperanza ni tus sueños

Hoy te quiero contar como caemos y somos capaces de levantarnos, que somos más fuertes de lo que pensamos, de que tenemos libre albedrío, que se puede corregir el rumbo de nuestras vidas y recuperar sueños, que nunca es tarde… pero hoy lo hago a través de mi propia experiencia, sin coger historias prestadas ni personajes inventados, hoy quiero ser yo misma y contarte en primera persona si me lo permites…

Mi propia historia: Sensaciones de ¡puta vida!

Hace seis meses creí encontrar el trabajo de mis sueños, la culminación a muchos años dedicada a un sector y carrera profesional que en el fondo sabía que ya no me aportaba ni me hacía feliz… había luchado mucho por conseguir un trabajo así durante años, y a pesar de que ya no lo esperaba, de que ya había tirado la toalla, y otros sueños como el escribir, mi blog, el Marketing Digital, la Comunicación, un nuevo horizonte laboral lleno de oportunidades y sin límites, en el que me sentía más plena, en el que podía aportar más y ser más creativa iban tomando forma alineada con mi espíritu y alma… me pudo el ego, el orgullo, la necesidad vital de demostrar a todos esos que no habían creído en mí, a todo mi entorno que la hora de mi triunfo en Comercio Exterior había llegado y acepté ese trabajo cargado de responsabilidades, en el que sabía que me pasaría horas encadenada a la pata de una silla de oficina (que no hay cosa que más deteste en esta vida), estaba dispuesta a sacrificar mi libertad profesional y personal por… ¿por qué? ¿por un sueldo fijo y estable al mes? ¿por un estatus social y económico? Ya no sé ni porque pero lo hice y acepté ese trabajo…

Ahora que ha pasado el tiempo y que por una serie de circunstancias ya no trabajo allí me he dado cuenta que lo que he hecho estuvo mal, las razones por las que acepté ese trabajo fueron las equivocadas y no me importa reconocerlo, dicen que nunca es tarde…

Sí vale… gané dinero, gané ciertos privilegios sociales pero que hoy no me sirven para nada porque no he sido más feliz en este lapso de tiempo con eso, pues perdí mi identidad individual por entrar en sociedad, me vi envuelta en un ambiente muy tóxico de gente que solo trabaja para pagarse lujos materiales para aparentar y que su mayor diversión es poner la zancadilla a sus compañeros para llegar “más lejos” a costa de los demás, mis energías se vieron minadas por días, horas y minutos cuando veía lo cínico y lo superficial del asunto, porque eso es el mundo de los negocios, un mundo cínico y sin escrúpulos (vale ya sé que no estoy descubriendo América a estas alturas…), perdí tiempo de cuidarme a mí misma de lo cansada que llegaba a casa, pues vivía para la empresa, perdí horas de sueño inútilmente por preocupaciones mundanas, perdí viajes y experiencias vitales que decidí aplazar por alcanzar una estabilidad económica falsa que no existe, perdí y dejé de lado mis proyectos creativos y mis sueños…

Y hace tres semanas perdí, que no tiene nada que ver con el trabajo, a un ser demasiado querido y demasiado joven, con el que se me han ido muchas lágrimas, sollozos, gritos y lamentos, con el que he soportado un dolor inmenso, tan bestia, que no sé cómo explicar… nunca nada me ha dolido tanto en la vida como esta pérdida… y fue tal el shock  y el sufrimiento que caí enferma y entonces me di cuenta y me dije ¡basta ya! Interiormente no podía más… no podía seguir viviendo una farsa como la que estaba viviendo, desalineada de mi propósito de vida totalmente… es algo estúpidamente ridículo… no sé ni cómo explicarte… el caso es que el Universo (o como lo quieras llamar) es demasiado sabio y generoso, y como yo no me atrevía, me ha quitado de un plumazo ese trabajo, toda esa gente tóxica y también a mi primo… pero me ha devuelto la libertad de recuperarme a mí misma, la libertad de pensar, reflexionar y decidir cómo quiero que sea mi vida de aquí en adelante, y si te digo la verdad no tengo ni idea como va a ser esta nueva etapa, y te mentiría si no te dijera que estoy acojonada… porque ahora tengo la gran responsabilidad y la consciencia de que soy la única dueña de mi destino… además del compromiso conmigo misma de trabajar,  sentir y experimentar al máximo para cumplir con mis sueños y proyectos, y de hecho aquí estoy de vuelta escribiendo este post, ya es un primer paso…

Lecciones de ¡puta vida!

Han sido muchas las lecciones en estos seis meses,  pero esta vez me parece más interesante contarte mi historia y reflexión para que tú puedas evaluar, juzgar y sacar tus propias conclusiones, que hacer listados de motivos por los cuales no abandonar tus sueños o tips para dejar de lado el orgullo y el ego 😛

Sensaciones de ¡sigue coño!

Y retomando mis buenos hábitos te dejo dos poesías totalmente contrarias que reflejan que diferentes nos podemos sentir durante y después de una situación límite que nos despierta y nos pone a trabajar para seguir avanzando porque no podemos parar…

La que escribí cuando llegué al límite soportable y exploté:

Querer despertar de un mal sueño y no poder…

Querer dormir con los ojos abiertos porque si los cierras es peor…

No querer dormir porque de repente el silencio de la noche te da miedo…

Dejar que entre algo de luz por la ventana cuando siempre te gustó la oscuridad…

Pero ahora no la soportas… quieres llenar un vacío con esa poca luz…

No sirve de nada… ni dormir ni no dormir… pues la pesadilla es realidad…

No fue un mal sueño irreal…ya no sabes que es ficción y qué verdad…

Solo me queda el recuerdo de días mejores, aceptar y caminar…

Y la que escribí al pasar los días y reflexionar sobre todo lo sucedido para poder continuar:

Solo una señal basta para no dejar de luchar… venga lo que venga… sea lo que sea… ya vendrán tiempos mejores… y entonces sabré que todo ha merecido la pena… tanto esfuerzo, tanto sudor, tanta lagrima, tanta perdida… entonces desde la serenidad de miles de experiencias pasadas… de listas de bondades para no olvidar… de personas que me ayudaron… e incluso de las que me dieron la espalda… las que se decidieron apartar cuando yo creí necesitarlas, todas igual de válidas… desde la distancia lejana que esas enseñanzas dejaron… de  todo ese cúmulo de sensaciones y emociones que emanaron… entonces te diré que todo valió demasiado la pena… que nada fue en vano… y te instaré a que tú también despliegues tus alas para que vueles más alto si cabe y nunca pierdas la esperanza…

Besos Sensacionales de Allegra

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