Punto de partida ¿me acuesto o no?
Te pongo en situación: Eres una chica de veinte muchos o treinta y pocos, acabas de conocer a un chico que te encanta, bien sea una noche de fiesta con tus amigas o por redes sociales, tinder o similar, el caso es que llevas un par de semanas hablando por teléfono y whatsapp, tonteando, pinta bien la cosa y os planteáis una primera cita, quedáis a cenar el viernes por la noche, habéis conectado genial, una copa, dos más…te besa, se le va la mano, te empiezas a calentar…y justo en ese momento te das cuenta ¡que te gusta demasiado! Quizás para algo más, no lo sabes aún, pero sí estás segura de que te gustaría volver a verlo después de esa noche… y empieza tu lucha interna, tu maldición, Angélica contra Malévola, ¿me acuesto con él o no? ¡Dios mío que es la primera cita! ¡¿Qué va a pensar?! Igual debería hacerme la dura…porque si me acuesto con él justo hoy va a pensar que lo hago con cualquiera y ya no me va a llamar más, pero es que ¡joder estoy que ardo! ¡No puedo aguantarme las ganas! Tengo que llevármelo de aquí al hotel de la calle de enfrente…y así te tiras un buen rato, luchando contra tu fiera interna, mientras sigues besándote y calentándote, con el tío en cuestión, y finalmente tomas una decisión…
María, su decisión y resultado
Mi amiga María aquella noche decidió cruzar la calle y la raya, se acostó con el chico que le gustaba demasiado en el hotel de enfrente, se lo paso de órdago, pero nunca más volvió a saber de él, se le tragó la tierra…arriesgó y perdió… quedándose con el “come come” de que hubiera pasado si no se hubiera acostado con él aquella primera cita…
Pedro y Juan
A raíz de lo de María, un sábado noche de cumpleaños, de un tercer amigo, después de unos cuantos chupitos de Jäigermeister, vinieron las confesiones entre colegas y pude hacer mi trabajo de campo con mis amigos del sexo opuesto, les pregunte sobre esta cuestión de tener sexo o no en la primera cita. Pedro es bastante tradicional, me dijo que para él, si la chica cae la primera noche, no quiere saber nada más de ella, no se plantea nada más allá, pasa directamente a la lista de “amigas con derecho a roce”, no sé qué pensar, Pedro es de los que se quiere casar y tener hijos, familia, casa, el perro…pero ésta es su opinión. Sin embargo, Juan me dijo que eso es irrelevante, al menos para él, que si la atracción es mutua y se acuestan, bienvenido sea, pero que eso no le afectará a la hora de valorar a la chica para pasar a mayores en la relación a futuro, ahora que éste es muy mujeriego, yo no le he conocido novia en diez años, muchas aventuras sí, y cuanto más “abierta” es la chica en la cama más dura con ella, pero ahí me dejo su opinión también.
Cristina y Aroa
En la misma fiesta, y también de confesiones, Cristina dice que ella es una mujer liberal e independiente, y que a ella si le apetece, se acuesta en la primera cita sin miramientos, que si el chico la sabe valorar de verdad se quedará con ella independientemente de que lo hagan en la primera cita o la tercera, y por último, Aroa nos confesó a todos que está perdida, que ya no sabe que pensar, que no existen reglas ni matemáticas exactas para esto, pues ha estado quedando recientemente con un chico durante dos meses, decidió hacerse la dura y desear para “hacerse valer” porque el chico le interesaba de verdad, se acostó con él en la sexta cita y ya nunca más hubo una séptima, la excusa fue que volvió con su ex…
Sensaciones sobre el sexo en la primera cita
Está claro, y opino como mi amiga Aroa, que no existen rutas de guía ni manual de instrucciones para las relaciones, cada pareja es un mundo y cada cabeza individual un universo totalmente aparte, creo que influyen muchos factores, desde las experiencias pasadas que nos marcan a actuar de una determinada forma, hasta las normas de conducta sociales del siglo pasado que siguen estando muy presentes en la sociedad actual, marcando que está bien o mal hacer de cara a los demás, por eso no me atrevo a juzgar a nadie, y tampoco a declinarme o no por la teoría de que tener sexo la primera noche debe marcar la continuidad o no de la relación.
Lo que si tengo claro es que estamos llenos de prejuicios, y que no podemos tolerar, ni permitir que se nos juzgue por si tenemos sexo o no en la primera cita, y me refiero a ambos sexos, porque si la chica se acuesta es una tía fácil, y si el chico lo hace “es que solo quería follar”, no perdona, le apetecía hacerlo igual que a ti. Dejemos las etiquetas para la ropa…
Aquí entra en juego una doble moral que nos está haciendo mucho daño a todos, y que hace especialmente, que las mujeres tengan que soportar una presión brutal, debatiéndose constantemente entre lo que está bien o no, lo permitido o lo prohibido, hay que ser mujeres de hoy, pero actuar como las de ayer por el que dirán, una doble moral que no nos permite disfrutar ni vivir plenamente nuestra libertad sexual en nuestras relaciones de pareja.
La cuestión principal aquí no se trata de si lo hice o no en la primera cita, se trata de que estamos perdidos, muy perdidos, tratando de avanzar hacia una sociedad más plena y liberal, y por otro lado atendiendo a los métodos anticuados que nos dicen nuestros padres y abuelos que a ellos les funcionaban, pero que a nosotros ya no nos sirven, creo que como generación del presente y del futuro, nos toca comprometernos para construir una nueva sociedad, que se relaciona de una manera muy diferente a nuestros antepasados, que evoluciona día a día, ni mejor ni peor, pero los tiempos cambian y tenemos que adaptarnos, ser flexibles, siendo conscientes de esto podemos cambiar las cosas, establecer y afianzar nuestra nueva escala de valores, de trato con los demás y de nuevas libertades para todos.
Besos Sensacionales de Allegra
Lo que está bien es lo que te apetece en cada momento y punto! Si el chico te juzga por irte a la cama en la primera cita, créeme, ese chico es un anticuado y no te conviene nada, mejor que no te llame mas.
Y otra cosa, muchos de los que se casan y tienen hijos y perro, son los que luego están deseando salir con los amigos y ligar todo lo que pueden, así que vamos a dejarnos de etiquetas.
Si te gusta y te pone y te apetece, adelante, si no, pues no. Y si no llama más por eso, pues no te conviene. Nosotras deberíamos ser las primeras en poner límites a las etiquetas.
Me ha encantado cómo lo has descrito, porque es una pura realidad esto que cuentas.
Me gustaMe gusta
A mi me encanta tu comentario Ana, siempre tan clara y tan elocuente! Gracias!
Me gustaLe gusta a 1 persona