Cena de chicas…
Hace unos días tuve reunión de chicas, una cena informal entre semana, después del trabajo, con mis amigas de toda la vida. No es fácil reunirse con tu grupo de amigas cuando estás en la treintena, ya cada una tiene su vida, sus obligaciones diarias, algunas tienen pareja, otras viven libremente su soltería y nunca tienen tiempo porque se enredan en mil actividades o las absorbe el trabajo…
Bueno la cuestión es que nos juntamos a cenar, ya sabes cómo son estas cenas donde cuatro chicas con total confianza, y que hace meses que no se ven, se conjuran durante unas horas para comer algo “gourmet”, bajo en calorías, en un restaurante “cool” del centro de la ciudad, y entre copa de vino y gintonics postcena aprovechan para poner en común y al día sus vidas, se cuentan sus últimas hazañas de vida moderna urbanita conseguidas y ya de paso destripar algún que otro hombre y cotillear sobre el resto de los mortales de su entorno que no se encuentran en esa mesa.
Y lo fundamental aquí no es el chismoseo en sí, sino los análisis profundos que realizamos de las situaciones expuestas y a las soluciones tan convincentes que podemos llegar, para nosotras mismas claro, y que nunca le expondremos al destripado en sí, pero a pesar de todo las risas, los piropos entre nosotras y las subidas de ánimo ¡siempre están garantizadas!
La historia de Mariela y Esther
La cuestión es, que en esta última reunión de “Alpha females” el tema central a tratar fueron las relaciones virtuales y el arte del ligoteo por Internet. Quiero narrar dos historias que me contaron en la cena y que me dieron que pensar cuando llegue a casa y días posteriores:
Mariela y Esther son dos chicas de 33 años, mejores amigas desde siempre, inseparables, del mismo barrio, han ido al colegio, instituto y hasta universidad juntas, a día de hoy las dos son médicos exitosas, cada una en su área, trabajar ya trabajan en diferentes hospitales de la capital, ahí no pudieron ir juntitas.
Esther
Esther siempre ha sido muy centrada, llevaba con el mismo novio desde que empezó la universidad, hace año y medio se iban a casar, todo iba de maravilla, y justo unos meses antes de la boda, el novio se vino abajo, la organización de la boda le había llevado al límite, se agobió porque se había dado cuenta de que era joven para casarse y decidió volar por su cuenta. Esther lógicamente se quedó, ojiplática, compuesta y sin novio, cancelaron todo y visto lo visto, en vez de deprimirse, también resolvió vivir la vida una vez pasado un pequeño duelo de tres meses: se apuntó a Tinder.
¿Qué es Tinder?
Es esa red social para ligar que está de moda y que te descargas en tu móvil discretamente a través de la App. Solo tienes que darte de alta, rellenas tu perfil y te pones a coleccionar cromos tal cual, te aparecen chicos o chicas, dependiendo del caso, con los ajustes de edad y distancia en km que tú hayas seleccionado, y como digo empiezas a jugar a los cromos, “Sile” “Nole”, si desplazas la foto a la derecha es que te gusta la contra parte, si lo desplazas a la izquierda no sabrás nunca más de él/ella, ahora si los dos os gustáis, el famoso Tinder os sugiere como pareja a ambos y podéis empezar a hablar y haceros el interrogatorio de tercer grado de rigor (ubicación exacta, hobbies, trabajo, niños sí o no, ¿buscas algo serio o solo pasar el rato?), en el chat privado, muy discreto como digo.
Lo normal es que ,pasados unos días, tengas el chat a rebosar de compatibles y no des abasto a contestar preguntas, luego los más afortunados pasarán a tu whatsapp, intercambiáis fotos, seguís tonteando, os llamareis por teléfono para poneros voz, y si la cosa cuadra quedaréis para conoceros en persona, y llegar hasta aquí es lo complicado e interesante, porque muchas de estas relaciones virtuales se quedan por el camino, habrás hablado y compartido confidencias con un desconocido al que no conocerás jamás porque no te motivó lo suficiente para quedar, ¿y con el que quedas que pasa? Pues aquí es dónde viene lo jugoso de la historia y las opiniones variopintas respecto a Tinder y otras apps similares para ligar virtualmente.
Final feliz para Esther
Cómo decía Esther se apuntó a Tinder, quedo con tres chicos, con los cuales salió a cenar y se echó unas risas, dos no le cuajaron, pero tuvo un tercero, que ¡Ay madre el tercero! Fue pasión y flechazo a primera vista, un año después se han ido a vivir juntos y les va de maravilla, Esther dice que ha encontrado “la horma de su zapato” y él su calcetín perfecto, cosas de ellos, ahí no entro…
Las desventuras de Mariela
Mariela por su lado, la pobre Mariela, me cuentan mis amigas, que no levanta cabeza, como te conté antes tiene una carrera exitosa, es una mujer con mucho carácter y fuerte, desde hace cinco años no tiene una relación estable y duradera, aunque bueno su último novio solo le duro dos años y de eso ya ha pasado tiempo…ha probado suerte con colegas del trabajo, médicos exitosos como ella, creo que también algún enfermo que le tiraba los trastos, sale todos los fines de semana a bares con amigas, conoce chicos de diferentes perfiles, muy variopintos y queda pero nada, no consigue formalizar relaciones con ninguno, y ninguna de nosotras lo entendemos, es un caso extraño, porque la chica es una morenaza guapísima, con un cuerpazo alucinante de tanto deporte que hace y ,como te digo, con una mente brillante, pero nada, que no hay manera.
Así que viendo el caso de éxito de Esther, motivada ella, decidió apuntarse también a Tinder, lógicamente a su perfil le llovieron las ofertas y empezó a quedar con chicos que le gustaban para cenar o tomar café y conocerse, bueno pues en el lapso de un año, el mismo tiempo en que Esther rehizo su vida, a Mariela le ha pasado de todo, sentimentalmente hablando: quedó con un chico que el primer día la llevo a Ikea para que le ayudará a elegir la decoración de su casa nueva, salió espantada…con otro quedo hasta cinco veces y se fueron de excursión y todo, para la sexta cita desapareció, y una semana después se excusó para decir que había vuelto con su ex, Mariela quedo destrozada, otros cuantos solo querían sexo sin más, y el último con el que quedó la dio plantón, la excusa fue que llegó cinco minutos tarde a la cita…claro después de esto Mariela se ha borrado de Tinder y ni se lo menciones porque ¡se pone a llorar!
Mariela un año después sigue soltera, dice que se va a volver loca con su vida tan surrealista, y se está planteando ir al psicólogo porque considera que debe de tener algún problema por el cual no consigue una relación estable.
Sensaciones sobre Tinder
Y a mí todo esto me ha dado mucho que pensar, en serio, Tinder es la evolución de los chats y el Messenger que nos conectábamos con dieciocho años cuando empezó la locura de Internet, lo que pasa que entonces éramos más inocentes con todo este asunto, no había fotos que desplazar a un lado o a otro como los cromos y quedabas en grupo en Alonso Martinez o Argüelles con tus amigas y los amigos de él o viceversa, no recuerdo que hubiera tanta malicia, ni se iba tan “a saco”.
Para mi Esther, es la excepción que confirma la regla, y Mariela es todos aquellos chicos y chicas, porque aunque he contado una historia de dos chicas, podía haber sido perfectamente la historia de dos chicos, que viven en una gran ciudad, rodeados de gente pero que se encuentran solos, y que por diversas causas, factores y motivos deciden apuntarse a este tipo de redes sociales de ligoteo, porque no olvidemos que hay muchas más aparte de Tinder y portales de Internet para encontrar a la pareja de tus sueños, que desde mi punto de vista, son y somos, porque me incluyo, víctimas de una sociedad que ha desvirtualizado las relaciones interpersonales, pasándolas del offline al online, dónde uno muestra una perfección que no existe y cuando te conoces en el offline esa persona no es suficiente porque la habías idealizado y ya no es todo lo perfecta que esperabas.
Además hay que lidiar con los comentarios ajenos de que si ligas por Internet es que eres un desesperado y está mal visto a ojos críticos de los demás, cuando realmente el que te está criticando también lo ha hecho pero nunca lo reconocerá, porque ¿qué joven o joven adulto no ha trasteado con las redes sociales para conocer a otras personas? Vivimos absorbidos por los trabajos, las obligaciones y las mil y una actividades extraescolares, como yo las llamo, que cada día nos dejan menos tiempo libre para salir a relacionarnos y conocer gente y por eso muchas personas acuden a los chats para llenar sus vacíos emocionales, por lo cual:
- Reivindico el derecho a conocer gente como le dé la gana a cada uno, ya sea en el mundo virtual, en la calle, en un bar con los amigos o compartiendo actividades de ocio con gente afín.
- Reivindicó el derecho a ser imperfectos y más humanos, a que dejemos de idealizar y de exigir tanto al que se encuentra al otro lado de la pantallita del móvil y que empaticemos un poco con el otro, pensando que es una persona que tiene sentimientos como tú, y si tú no quieres que jueguen con tu corazón y con tus expectativas tampoco juegues tú con las del otro diciéndole que vas en serio y luego resulte ser que no, que solo querías pasar un buen rato en la intimidad, o que te desaparezcas y/o que des plantón sin dar explicación alguna porque es más fácil que dar la cara y decir que es lo que quieres de verdad o que pasó, por qué no quisiste continuar, porque la otra persona se quedará pensando que hizo mal y querrá ir al psicólogo como Mariela “a ver si la arreglan” cuando ella no tiene ningún problema ni trastorno de personalidad.
Bienvenido al mercadillo de las relaciones humanas virtuales
Igualmente, sea como sea, bienvenido al mercadillo de las relaciones humanas online, si quieres comprar, vender o poner en oferta promocional tu corazón, aquí abajo te dejo un listado de las apps de moda para ligar:
Tinder – La de referencia
Hppn – Liga con personas que te has cruzado en la vida real
Adopta un tío – Aquí manda la mujer
Badoo – Un clásico
Grindr – Enfocada a la comunidad gay
3nder – Para solteros o parejas de mente abierta
Besos Sensacionales de Allegra
Hola: conocí hace siete anos a un inglés por la web http://www.mate1.com Estuvimos un ano chateando, al cabo del cual vino a Peru a conocerme y conocer a mi hijo que tenía 12 anos en ese momento y al resto de mi familia. En seis meses hizo cinco viajes a Peru y decidimos que se mudaría a mi país, él era divorciado sin hijos. En ese momento yo tenía 47 anos y él, 52. Luego decidimos casarnos y llevamos ya seis anos juntos y felices. Además una de mis mejores amigas peruana como yo está casada hace 9 anos con un alemán que conoció por internet también. Aquí en mi país cada día son más los ciudadanos extranjeros que vienen a casarse con peruanas que conocieron por internet y se quedan a vivir acá. La vida en Latinoamérica es completamente distinta a la europea, todo es más fácil, más barato, más tiempo para pasar con los amigos, se hace vida de familia y siempre estamos de fiesta con o sin motivo. Fue interesante leer los casos de tus amigas. Saludos, Patricia
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Hola! Gracias por compartir tu historia! Cómo ves en el blog reflejo dos historias contrapuestas pues todo tiene dos caras de la moneda, me alegro que tu historia personal pertenezca a la cara buena! También es importante el reflejo que haces de la sociedad peruana, aún manteneis ese contacto humano y personal que quizás en Europa se haya perdido pero por eso mismo, aunque nos intentemos adaptar a los nuevos tiempos tecnológicos que corren, seguimos siendo personas sensibles con corazón y puede llegar a doler mucho…
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Exacta, ni la ecnologa más avanzada podrá reemplazar nuestros sentimentos. Besos desde Lima
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Muy bien, alegra, un post muy certero sobre las nuevas redes y forma de relacionarnos, que sin duda cambian nuestro comportamiento. Un saludo
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Gracias Fernando!
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Qué bueno, Allegra. En un ratito me has puesto al día sobre las redes sociales para conocer gente y ligar. Hace tanto que estoy fuera de mercado, que ando totalmente despistada. Jejeje. Es broma. Felicidades.
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Jeje…si estás fuera de mercado ya ves que te ahorras muchos quebraderos de cabeza!!😉 gracias Alicia!
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