Retomando la historia del post anterior que puedes leer aquí, te sigo contando…
Siguiendo mi instinto, mi corazón o mi sexto sentido de mujer, como lo quieras llamar, y sin saber muy bien que es lo que hacía porque a día de hoy sigo pensando que se me fue la cabeza… cogí la primera línea de metro de Sol hasta Goya y cuando me disponía a hacer el transbordo a la línea marrón ¡me lo encontré!
Sigue leyendo «Historias fugaces de amor que dejan huella para toda la vida. Parte II.»